TAMIZAJE
AUDITIVO
El realizar una detección precoz de la hipoacusia a través del tamizaje auditivo al recién nacido, permite implementar estrategias de intervención que faciliten la adquisición del lenguaje y el desarrollo de las habilidades comunicativas.
¿Por qué un tamizaje auditivo?
La disminución de la audición (hipoacusia) es una deficiencia sensorial con repercusiones en el desarrollo de comunicativo (lenguaje), emocional, académico y social. Cuando se detecta una hipoacusia congénita, antes de los 6 meses de edad y se realizan estrategias necesarias de intervención, las habilidades comuni- cativas se desarrollan normalmente.
¿A quién se le debe realizar el tamizaje auditivo?
- A todos los recién nacidos hasta los 6 meses de edad. (tamizaje universal)
- A todos los recién nacidos con factores de riesgo asociados a la hipoacusia:
Historia familiar de sordera neurosensorial infantil hereditaria (Al menos el 60% de las hipoacusias neonatales se debe a alteraciones genéticas). - Infección intrauterina, como citomegalovirus, rubéola, sífilis, herpes o toxoplasmosis.
- Anomalías craneofaciales, incluyendo las anomalías morfológicas del pabellón auricular y el conducto auditivo (Paladar Hendido, Síndrome de Down o diversas alteraciones del pabellón auricular).
- Peso de nacimiento inferior a 1.500 gr.
- Hiperbilirubinemia a una concentración sérica que precise exanguinotransfusión. (Asociación clásica entre hiperbilirrubinemia y déficit auditivo).
- Medicaciones ototóxicas, incluyendo, pero no limitándose a los aminoglucósidos, utilizadas en dosis repetitivas tandas o combinadas con diuréticos de asa. (Es evidente la capacidad de determinados fármacos para dañar las células del órgano de Corti).
- Meningitis bacteriana. (Pueden producir hasta un 20% de sorderas permanentes).
- Puntuación de Apgar de 0 a 4 al minuto o de 0 a 6 a los 5 minutos.
- Ventilación mecánica durante por lo menos 5 días.